domingo, 27 de abril de 2014

La poesía en las aulas


Que la falta de recursos no sea el motivo por el que no trabajes la poesía en las aulas. Dejamos a vuestra disposición 8 actividades con las que provocar que la poesía se convierta en un juego.



1. Inventar finales a las palabras que ayuden a rimar. 
A veces cuesta conseguir que algo rime, que tenga cierta musicalidad, cierto sonsonete. Colocar palabras con aumentativos, diminutivos... hace que la rima se torne mucho más fácil. Podemos inventar una "máquina transformadora" que aumente o disminuya los objetos y así trabajar estos conceptos, que luego introduciremos en nuestros poemas. El trabajo puede comenzar con los nombres de los niños y niñas: "Si Juan fuera muy grande, muy grande, lo llamaríamos ... JUANÓN" y podríamos hacer un pareado: "Juanón duerme en un sillón, cajón, camión..." Posteriormente iremos viendo poemas con esta dinámica, inventando otros nuevos, etc.
2. Buscar "cosas" que rimen.
El objetivo es iniciar con nuestros alumnos el trabajo de la rima de una manera lúdica. Conviene estructurar el ejercicio de manera adecuada y disponer los apoyos que sean necesarios para que vayan descubriendo el juego de sonido que encierra la rima. Para ello se colocan en un lugar visible para los alumnos (alfombra, caja...) una serie de tarjetas u objetos cuyas terminaciones, por parejas, suenen igual y empezamos el juego.
3. Introducir variantes a poesías conocidas .
El mecanismo es muy sencillo: consiste en jugar con poesías ya aprendidas. Para ello podemos introducir, añadir e inventar todo aquello que deseemos.
4. Utilizar una frase "comodín".
Introducir una frase comodín puede ayudarnos a iniciar a los alumnos en la creación de poesías; la frase comodín da un ritmo, una sonoridad, un nexo al poema y hace que sea muy sencilla su elaboración.
5. Dibujar la poesía .
El dibujo, por su atractivo, nos sirve de apoyo a la hora de enseñar una nueva poesía a nuestros alumnos: "escribimos -por medio de dibujos- la poesía en la pizarra", al tiempo que la recitamos. De esta manera quedarán recogidas en libros de clase donde los alumnos, a través de la imagen, las podrán "leer" y descubrir que la escritura es útil porque nos ayuda a recordar.
6. Crear poemas.
Se propone a los alumnos que enumeren o citen palabras con alguna característica especial (monosílabas, bisílabas, llanas...) Estas palabras se van escribiendo en el encerado y se leen haciendo énfasis en la entonación.
7. Organizar recitales poéticos.
Periódicamente (cada mes, trimestre...) se puede organizar un recital de poesía. Para ello cada alumno aprenderá un poema que recitará el día fijado ante los demás compañeros del colegio y sus familias. Al recital se le puede dar un carácter monográfico -sobre un autor, un grupo o un movimiento literario, un determinado tema...- o estar basado en poemas sin ningún hilo conductor. Es el primer planteamiento el que, entendemos, ofrece una mayor coherencia e interés. Y en ese marco, algunos temas motivo del recital podrían ser: árboles, animales, lugares, oficios, la Navidad, la solidaridad...
8. Cantar las poesías.
La poesía también puede ir acompañada de la música. Buen ejemplo de ello son las canciones de nuestro folclore (nuevo Mester, La Musgaña, Tradere, Vanesa Muelas...) y de multitud de cantantes y cantautores actuales. Una actividad interesante con nuestros alumnos es la audición de poesías cantadas o la recitación de las letras de canciones actuales.



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